El próximo día 14 de Septiembre tenemos una ruta terrestre-marítima. Nuestra compañera y amiga, Esther, nos guiará desde Payba, atravesando el Pijaral, hasta Roque Bermejo; y, desde allí, emprenderemos una singladura marítima hasta San Andrés. En la parte terrestre de la ruta podremos disfrutar de uno de los rincones más espectaculares de Anaga: El Pijaral, auténtica reliquia de los bosques de niebla que poblaron la cuenca mediterránea en el Terciario. En la parte marítima podremos contemplar los impresionantes acantilados de la costa meridional de Anaga: Juan Bay, Antequera, etc...La excursión, es, por tanto, con guagua, a pié y en barco. La parte pedrestre la pone cada uno. Para la guagua y el barco es preciso aportar 26 euros por persona (los infantes sólo pagan 22 euros). Hemos quedado a las 7.30 horas en el antiguo mercdo de Icod, a las 8.00 en el Mayorazgo (La Orotava), a las 8.30 en la antigua Estación de Guaguas de La Laguna y a las 8.40 en la parada de guaguas próxima al Cabildo. Las plazas para la guagua y el barco son limitadas. Por favor, si vais a asistir a la excursión, dejad en el contestador del móvil del grupo vuestro mensaje antes de las 24 horas del próximo jueves, indicando si váis a estar en Santa Cruz, en La Laguna, en La Orotava o en Icod. Si el contestador estuviera saturado, por favor, mandarme un correo electrónico a la dirección rcasilla@ull.es. No olvideís imprimir la hoja de actividad, rellenerala convenientemente, firmarla y entregarla a la guía de la caminata antes del comienzo de la misma. un saludo a todos! "Caminante, no hay camino,.........".
Os transcribo lo que me ha comunicado la guía de la caminata:
"El sendero de Payba
comienza en el kilómetro 8 de la carretera TF-123. Durante 1 hora y después de
haber subido un desnivel de 300
metros, por un camino parcialmente definido,
llegamos a unos metros de la escalera
que nos introduce en ”El Pijaral” . Este
espacio natural debe su nombre a una especie de
helecho grande denominado píjara, sus frondes pueden alcanzar más de 2 metros de largo. Junto
con los árboles propios de la laurisilva forman un bosque mágico, ante tal
belleza, es lógico, que nos encontremos en
una zona protegida por lo que se requiere autorización para transitar
por ella, ¡nosotros la tenemos!
Después de disfrutar de este
precioso sendero, continuamos sólo unos metros por carretera, hasta el parque
forestal de La Ensillada; una vez allí
seguimos por una pista que pronto es un sendero estrecho con frondosa
arboleda. Después de pasar próximos al Roque Anambro, llegamos al mirador
Cabeza de Tejo, desde donde podemos contemplar, entre otros lugares Los Roques,
El Draguillo, El Roque de las Ánimas y Almáciga .
Continuamos nuestro sendero por una bajada hasta la Cruz
del Draguillo, conocido cruce de caminos, en el que nosotros tomaremos el que
va de frente. Antes de llegar a las
casas de Tafada tendremos una ligera pendiente en el camino; una vez allí
bordeamos las casas (semiderruidas) por la izquierda, para pronto divisar el
faro de Anaga.
En la “Historia general de la comarca de
Anaga”, Ulises Martín Hernández escribe sobre este emblemático faro:
“por su situación geográfica
la península de Anaga ha revestido un gran interés para la navegación, no en
vano sus elevaciones constituyen una referencia obligada para la arribada al
puerto de Santa Cruz. Ya es bien conocida la importancia que tuvieron las
atalayas durante el antiguo régimen en el esquema defensivo de la Isla. Una
vocación que se confirma durante el siglo XIX con la construcción del faro de
Anaga, único de Canarias de primer orden , fue montado en 1.863, se eleva a 247 metros sobre el
nivel del mar. Este magnífico faro de Anaga se levanta en la montaña obscura
como una solemne afirmación del siglo del vapor en tan agreste naturaleza”.
Tras pasar junto al emblemático
faro, el camino se ensancha para continuar por una vereda hasta el Roque
Bermejo. En su pequeño muelle junto al grupo de casas nos espera nuestra
embarcación; 1 hora de travesía nos
permite contemplar Anaga desde el mar mientras nos acercamos a nuestro destino:
San Andrés.
Después de tanta emoción, seguro
que antes de subir a la guagua nos apetece un “refresquito”.
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